A decir verdad, nunca me imaginé que una sóla canción pudiese expandirse a más de 6 minutos, dentro de los estándares de música que yo solía escuchar. Se entiende de esta primera línea que no he de haber escuchado muy buena música de chico.
Si bien he admitido públicamente que Pink Floyd es, para mí, la mejor banda del planeta, fue ésta la canción que me demostró que las palabras hacen pinturas, que los sonidos puedes ser vagos, contundentes, estridentes, galácticos, planetarios, incólumes, destructivos, galopantes y porque no, mágnificos, si se encuetnran bajo el dominio de Waters, Gilmour, Wright y Mason.
Grabada en toda la segunda cara del LP de 1971 conocido como Meddle, se dispuso la banda a capturar en toda su integridad, lo que bien se estaba conociendo en la época como rock espacial. Y no es para menos que esta pieza de 24 minutos haya establecido muchos de los parametros que regirian lso estándares del rock progresivo de esa época.
No se por donde empezar con esta canción, pues son muchos los sentimientos que a uno lo embargan, si queremos simplificar en palabras lo que nos toma meses deducir de una sola secuencia musical. No podemos hablar de instrumentos separados ya que en conjunto muestran la destreza con la que Pink Floyd se caracterizó a las puertas de una nueva década, conocida como una de las mejores que la música pudo tener... Eso o podemos considerarla desde un inicio como la mejor década de la música.
Empezando ya con lo simple de una nota, la pieza lleva tres estrofas, cada una considerada por este humilde redactor como una pintura distinta y como una idea que dejó plasmar sus raices en la mente visual del área del lenguaje. A grandes razgos podríamos dividirla en dos partes que van unidas de un puente de sonidos que asemejan un pantano. Podemos tener una idea de este concepto si observamos las escenas que lo acompañan en el documental "Pink Floyd: Live At Pompeii". Fuera de eso, al cerrar los ojos es visible en la cosntrucción de imagenes mentales, el universo y el vacío del espacio. Sentímos como desde el espacio sideral somos llevados a un lugar a la orilla del mar donde las voces de Rick Wright y Dave Gilmour convergen y nos ilustran el golpear de las olas.
Uno puede en verdad sentir incluso en lo que vendría ser el inicio de la segunda parte, como una especie de evolución humana encerrada en sonidos que van en crecimientos. Durante el último tercio de la primera parte, el bajo de Roger Waters, marca un ritmo muy seguro, que transmite confianza. No olvidemos que es indispensable que exista durante cada segmento de explosión, la percusión de Nick Mason. Finalmente puedo facilmente quedar sin palabras ante el mágnifico trabajo de Dave Gilmour, quien apoya mucho la canción no sólo con solos de guitarra, sino con efectos únicos que junto a los teclados flotantes de Richard Wright, hacen de Echoes, todo un monumento a la increíble música que los seres humanos somos capaces de crear.
Echoes es sin duda, una canción extraordinaria que ojalá tengan la oportunidad de escuchar, cuando se sientan listos para dejar volar la imaginación y evolucionar la manera, como escuchan la música en general. En otras palabras, es el siguiente nivel.
Si bien he admitido públicamente que Pink Floyd es, para mí, la mejor banda del planeta, fue ésta la canción que me demostró que las palabras hacen pinturas, que los sonidos puedes ser vagos, contundentes, estridentes, galácticos, planetarios, incólumes, destructivos, galopantes y porque no, mágnificos, si se encuetnran bajo el dominio de Waters, Gilmour, Wright y Mason.
Grabada en toda la segunda cara del LP de 1971 conocido como Meddle, se dispuso la banda a capturar en toda su integridad, lo que bien se estaba conociendo en la época como rock espacial. Y no es para menos que esta pieza de 24 minutos haya establecido muchos de los parametros que regirian lso estándares del rock progresivo de esa época.
No se por donde empezar con esta canción, pues son muchos los sentimientos que a uno lo embargan, si queremos simplificar en palabras lo que nos toma meses deducir de una sola secuencia musical. No podemos hablar de instrumentos separados ya que en conjunto muestran la destreza con la que Pink Floyd se caracterizó a las puertas de una nueva década, conocida como una de las mejores que la música pudo tener... Eso o podemos considerarla desde un inicio como la mejor década de la música.
Empezando ya con lo simple de una nota, la pieza lleva tres estrofas, cada una considerada por este humilde redactor como una pintura distinta y como una idea que dejó plasmar sus raices en la mente visual del área del lenguaje. A grandes razgos podríamos dividirla en dos partes que van unidas de un puente de sonidos que asemejan un pantano. Podemos tener una idea de este concepto si observamos las escenas que lo acompañan en el documental "Pink Floyd: Live At Pompeii". Fuera de eso, al cerrar los ojos es visible en la cosntrucción de imagenes mentales, el universo y el vacío del espacio. Sentímos como desde el espacio sideral somos llevados a un lugar a la orilla del mar donde las voces de Rick Wright y Dave Gilmour convergen y nos ilustran el golpear de las olas.
Uno puede en verdad sentir incluso en lo que vendría ser el inicio de la segunda parte, como una especie de evolución humana encerrada en sonidos que van en crecimientos. Durante el último tercio de la primera parte, el bajo de Roger Waters, marca un ritmo muy seguro, que transmite confianza. No olvidemos que es indispensable que exista durante cada segmento de explosión, la percusión de Nick Mason. Finalmente puedo facilmente quedar sin palabras ante el mágnifico trabajo de Dave Gilmour, quien apoya mucho la canción no sólo con solos de guitarra, sino con efectos únicos que junto a los teclados flotantes de Richard Wright, hacen de Echoes, todo un monumento a la increíble música que los seres humanos somos capaces de crear.
Echoes es sin duda, una canción extraordinaria que ojalá tengan la oportunidad de escuchar, cuando se sientan listos para dejar volar la imaginación y evolucionar la manera, como escuchan la música en general. En otras palabras, es el siguiente nivel.
2 comentarios:
Este disco es verdaderamente fabuloso.
Y la versión de "Echoes" en Pompeya es...es...es...lo máximo!!!
Buen blog!
Te invito a conocer el mío:
http://el-area-51.blogspot.com/
donde ya estás incluido en los Links Amigos.
Excelente blog dedicado a una excelente banda, muy buen trabajo!
http://crlx666.blogspot.com
Publicar un comentario