viernes, 15 de octubre de 2010

Pensamiento I


Detrás del rostro, bajo las capas de la piel se oculataba la verdad del hombre que poseía lamáscara del mañana y la mente del ayer. Destruido por sus demonios e impaciente por saber su destino, aguardaba en lo más recondito de su alma, el ahnelo de un destello de esperanza entre tanto plan y sueño aun no concretado.

Pudiendo revelar más que una lágrima, caían cual rios en los surcos de su semblante las muestras del miedo que tenía frente a un mañana cada vez más próximo. Acompañado pero solo, cobijado pero desamparado en el fondo, nada si quiera permitia vislumbrar que sucedería en las próximas horas o días.

Llevaba la máscara para darse fuerza y valor y de esta manera sobrevivira la hecatombe, la cual cabalgaba sin retraso en su dirección, esperando sentir el golpe yla estocada final y cual cierre de simfónica, bajo un velo de percusión, aferrarse a la vida y abandonar a la muerte para siempre.

En un mundo donde no hay más opción que seguir adelante bajo el cielo de los caidos y el suelo cubierto por las huellas de los ancentros, sembrar el valor y cosechar la fuerza parece imposible. ¿A dónde corres cuando lo que se mueve es la tierra? ¿A dónde escapas cuando el peligro es uno mismo?

Bajo el fuego y el fragor de la batalla, aun lo cazana uno los ecos del más allá que claman justicia por los caídos, que claman justicia por las acciones poco convencionales que marcaron el camino hasta aquí. Ellos claman justicia para los que la merecen y piden castigo para el sembrador.

Siendo esto un manifiesto, será conveniente mantener la formación y luchar aun cuando las flechas cubran el sol y no exista más que la noche.... Tal vez el peor escenario sobre la faz de la Tierra....