jueves, 22 de enero de 2009
Radiohead - Kid A
Kid A es el cuarto disco de Radiohead. En el año 2000, Radiohead lanzó un disco que rompería con su tradicional forma de hacer canciones. Viniendo de un multiplatino y aclamado OK Computer, 3 años más tarde cambiaría su esquema de 3 guitarras para agregar teclados, trompetas, cuerdas y demás instrumentos a una serie de temas elaborados en distintos puntos de su gira. Incursionando cada vez más en un mundo más tecnológico, explorarían la tendencia electrónica de manera más amplia y la introducirían en cada uno de los 10 temas que componen Kid A.
El resultado no sería solamente un proyecto experimental para todos los que apreciaban a esta banda británica del rock alternativo, sino que nos llevaría de la mano a un mundo muy oscuro, bizarro, olvidado, lleno de ecos y tormentas, donde no hay salvación tal parece. Sobrevenida la nueva tendencia de la impersonalidad a través del aumento de la tecnología, este nuevo ejemplar en la discografía de Radiohead ya nos muestra lo que es o será una realidad en el planeta.
Influenciado literalmente por todo lo que en ese momento escuchaban Thom Yorke y compañía, se da una fusión entre la música electrónica, el jazz y el mundo de la música clásica del siglo XX. Particularmente obtienen fuerza muchos entre-telones de carácter político, autobiográfico y los temas provenientes del mundo de los sueños. Como bien dije al principio, es un recorrido de casi 50 minutos a través de la llanuras de repetición y se oyen los lamentos de un mundo devastado ya tal vés o probablemente no se ve mas que la oscuridad total dentro de escasos y simples versos, notas de teclados en distintas gamas, ya sea modificados electrónicamente o tal cual se emite el sonido del instrumento que los produce.
Considero a todos excelentes temas, destacando Everything In Its Right Place que ya nos da el umbral de la puerta a esta nueva tierra llena de vestigios dejados por civilizaciones sumergidas en avances traducidos a ceros y unos. Kid A empieza como una breve canción de cuna y corre su programación bajo una voz que se devate entre lo orgánico y lo mecánico. The National Anthem nos envuelve dentro de una ilusión de seres que nos rodean y uno se siente tan solo aun cuando el bajo, los instrumentos de bronce y la voz aguda de Thom Yorke nos haga pensar de que tenemos a más seres como nosotros a nuestro alrededor. Siento particular inclinación por la pieza How To Disappear Completely (And Never Be Found Again). Es simplemente la soledad y el deseo de querer desaparecer (como bien sugiere su evidente título), pero expresado de una manera que podría clasificar de casi perfecta. Entra el puente electronico del mar de la tranquilidad con Treefingers y Optimistic irrumpe con una guitarra que marca el paso junto con voces melodiosas de fondo que nos regresan al tour del nuevo orden mundial. El eco de este nuevo sistema se refleja en In Limbo e Idioteque es una teatro de operaciones electrónicas que se forja a base del experimento. Una percusión marcial y un órgano casi fúnebre acompañan a Morning Bell y finalmente, Motion Picture Soundtrack es en primer lugar, lo que Thom Yorke hubiera querido como la banda sonora de alguna película de Walt Disney y en segundo lugar, el epílogo a esta gran aventura que hemos vivido en nuestra mente por casi una hora, donde vientos, arpas, cuerdas y demás nos despiden del Nunca Jamás.
Es evidente la riqueza de este álbum, uno de los mejores del rock británico en general y queda hecha la invitación para que en un día de cielo gris, se abandonen en los pasillos de Kid A, gracias a la visión que nos regala Radiohead con esta obra maestra.
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